

Andrea Longarela es una escritora española que en las redes sociales se la conoce por el seudónimo de Neïra. Imagen como ella dice tras la que se esconde para dejar salir a su lado más lunático, caótico y emocional. Ha estudiado psicología aunque siempre ha llevado las letras en la sangre. Usando cualquier superficie para plasmar sus palabras sin sentido hasta que en 2014 termino su primera novela.
Gracias al apoyo de los suyos se lanzó a la autopublicación. Si quieres saber más de la autora puedes acceder a su web o en sus redes sociales. Todas sus novelas las puedes encontrar en amazon y alguno de ellos también es librerías. En la actualidad con unas cuantas historias a sus espaldas sigue con ganas de seguir regalándonos historias llenas de sentimiento y diversión. Si aún no has leído nada de ella atenta a lo que viene ahora y déjate seducir por su pluma.


Oliva y Mario de Andrea Longarela
Comenzamos con una bilogía en la que conoceremos la historia de Oliva y Mario. La primera parte con el título La lista de Oliva y La lista de Mario que pone final a esta historia romántica en la que nos demuestra que solo nos damos cuenta de lo que queremos cuando no lo tenemos.
Oliva es una chica normal con una vida normal: comparte piso con dos amigas, trabaja en un hotel, sale los fines de semana… hasta que, una noche de verano, Mario irrumpe en esa normalidad haciendo que su mundo se tambalee. ¿Estará Mario a la altura de las exigencias de Oliva?
A veces el sexo, la amistad y el amor se entremezclan dando lugar a aquello con lo que siempre soñamos y que parecía imposible de encontrar, pero ¿Qué ocurre cuando saltamos la línea que separa la amistad del amor? ¿Y si no estamos preparados para enfrentarnos a algo tan intenso? ¿Y si el miedo te hace incapaz de ver lo que tienes delante de tus ojos?
Me guardo la sinopsis de la segunda parte, de este modo si os ha llamado la atención el comienzo no os habré desvelado demasiados datos somos la trama.


Historia de Daniela de Andrea Longarela
Fuimos un invierno y Fuiste mi verano son los dos títulos de esta bilogía. En esta ocasión conoceremos la historia de Daniela. Como en la anterior saga solo os dejo la sinopsis de la primera parte. Si al igual que a mí no os gusta conocer demasiado de las historias antes de embarcarte en ellas me lo vas a agradecer. Daniela tenía la vida que creía desear: un trabajo con el que pagaba las facturas, una relación modélica y una amiga íntima.
Una estabilidad que la hacía feliz. Sin embargo, en ocasiones, y cuando menos lo esperamos, la vida da giros inesperados, y la suya dio uno que nunca se habría imaginado. Un accidente de coche, un chico de ceño fruncido y patillas y una larga lista de casualidades llevaron a Daniela de la mano hacia una nueva vida, pero… ¿Estaba ella preparada para ese viaje o quizá primero necesitaba reconciliarse consigo misma?
Puedes leer la reseña completa de Fuimos un invierno aquí.

Valiente Vera, pequeña Sara
Vera, Sara y Alexander eran inseparables. Siendo adolescentes, habían establecido un vínculo especial, una amistad inquebrantable; habían trenzado sus vidas con nudos en apariencia irrompibles. ¿Por qué entonces, en la actualidad, Sara se siente sola? ¿Por qué hace años que no está cara a cara con ninguno de los dos? ¿Por qué los veranos en el lago ya no son tan mágicos como en algún momento fueron? ¿Por qué resulta tan fácil romper las promesas?
Dos hermanas, un chico y el lago como único testigo de una historia que marcó la vida de cada uno de ellos. Una novela sobre esas decisiones cobardes que tomamos en algún momento, pero también sobre personas valientes que les hacen frente. Sobre esa amistad profunda que se forja en la juventud y que sobrevive incluso al paso más cruel del tiempo. Sobre el miedo, el rencor, el fracaso.
Pero también sobre el amor; el amor por la familia, por los amigos, por el hogar, por aquellas personas que poseen la capacidad de hacer que tu mundo gire o deje de hacerlo. Sobre un amor de verano y sobre el amor de toda una vida.

Caótica Jimena de Andrea Longarela
Jimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente físico. El orden, la racionalidad, la dureza. Bruno no tiene ninguno, más que ser feliz con los pequeños placeres de la vida, pero sí muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guíen. El caos, la emotividad, la ternura. Un piso. Un encuentro. El objetivo de una cámara. Un giro inesperado.
El desequilibrio. Y sucede. Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen. Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece. Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que más duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.
Primera parte de la saga polos opuestos.

Amor se escribe con H y otras maneras de decir te quiero
Eva sueña con conocer a un caballero que la venga a buscar en un corcel blanco y la bese siempre con los ojos cerrados, como ha visto infinidad de veces en las películas. El problema es que la realidad nunca es como la ficción, y tiene que conformarse con sexo una vez por semana y deshojar margaritas. Pero no solo de Eva va esta novela.
También están Carla, su hermana, que ni siquiera se atreve a mirarse en el espejo, y mucho menos a reconocer que siente algo por un mejor amigo; Gina, que busca llenar sus vacíos bajo un cuerpo… o dos, y María, que desearía ir a un concierto de rock y liarse con el batería, pero no se atreve… Si crees que el amor tiene muchas caras, que existen muchas maneras de manifestarlo, de disfrutarlo y de vivirlo, esta historia es para ti.

Carlota y el cactus de color rojo de Andrea Longarela
Carlota lleva una vida tranquila. Está terminando sus estudios de Periodismo, vive con su madre y pasa el rato con su amigo Basil. También fantasea de vez en cuando con su profesor favorito y evita pensar en unos ojos azules con los que se cruzó hace ya muchos años, en un pasado que prefiere olvidar, aunque lo recuerde cada día cuando despierta. Carlota es una chica normal, como tú y como yo.
Sin embargo, guarda un secreto muy especial. Y la vida le sonríe por una vez. Y consigue las prácticas de sus sueños. O quizá de sus pesadillas. Porque Carlota, de repente, debe enfrentarse a un reencuentro inesperado, a un hoyuelo encantador, a un puñado de camisetas horribles y a la obligación de tomar una decisión que cambiará su vida. Y, además, en medio de todo este lío, ¡se topa con un cactus… de color rojo!

Flores para Julia de Andrea Longarela
Oliver cree que su vida es perfecta. Se ha esforzado demasiado por conseguirlo. Sin embargo, recién cumplidos los treinta y cuatro, siente que su mundo se tambalea y no sabe cómo recobrar el equilibrio. Las cosas en el trabajo no van bien, su matrimonio hace aguas y, por mucho que busque cuando abre los ojos por las mañanas, no encuentra ningún motivo de peso para levantarse de la cama.
Por eso sus amigos piensan que se merece unas vacaciones. Y su familia. Y, lo que es peor, su jefe. Sin saber cómo, acaba bajo el techo de un lugar muy especial escondido entre montañas, rodeado por un jardín de cuento y compartiendo espacio y silencios con Julia. Julia, que es tan distinta a él que no entiende por qué no puede dejar de mirarla. Pero lo hace, la observa, y todo cobra un sentido diferente. Porque Oliver aún no lo sabe, pero en ocasiones, todo lo que necesitamos es perdernos para encontrarnos.
Segunda parte de la saga polos opuestos.

Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
A Luna no hay nada que le guste más que descubrir el mundo a través del objetivo de su cámara. Y, mientras lo hace, busca de forma incansable eso con lo que lleva toda la vida soñando. Eso a lo que algunos llaman amor y de lo que otros huyen. Lo que nunca hubiera imaginado es que chocaría con él demasiado pronto y de un modo único. Lo que jamás hubiera esperado es que aparecería bajo la nieve y de la mano de un hombre que le enseñaría que, en ocasiones, lo mejor de la vida llega cuando no debe.
Un tren, una isla, fotografías, una noche en París, una tarta de chocolate y un beso eterno no dado es lo que ambos necesitan para aceptar que existen sentimientos tan fuertes como para no poder ignorarlos demasiado tiempo. Eso y compartir un prólogo interminable antes de comenzar la historia más especial de sus vidas. ¿Cuánto puede tardar una persona en enamorarse? Lo que tarda en llegar al suelo un copo de nieve…
Tercera parte de la saga polos opuestos.

April, Adam y la trayectoria de los planetas
¿Pueden tener algo en común un chico que solo vive entre sueños y una chica que solo sueña despierta? ¿Alguna vez has soñado con desaparecer? Adam, sí. No deja de hacerlo. Cuando se levanta, cuando se acuesta, cuando respira. Cada segundo de su existencia en el que se da cuenta de que Ella ya no está. ¿Alguna vez has vivido como si todo fuera un sueño? April, sí. No deja de hacerlo.
Cuando hornea galletas para el grupo de terapia del señor Campbell, cuando observa a su hermano Otto crear música con una simple lata, cuando ve a Adam por primera vez. ¿Pueden tener algo en común un chico que solo vive entre sueños y una chica que solo sueña despierta? ¿Y una chica que cree tener el don de romper el corazón a los demás y un chico que lo tiene de piedra? Quizá aún haya esperanza para ellos; quizá, juntos, sean capaces de matar monstruos de la mano y de conseguir que los planetas dejen de girar.

Ojalá esta fuera nuestra historia de amor
Esta es la historia de un flechazo. Y del amor de una vida. Y de un corazón hecho pedazos. Esta es la historia de un montón de ojalás por cumplir. Esta es la historia del viaje de Lola hacia aquello que no se ve, pero que está ahí. Hacia aquellas cosas que se buscan y se encuentran en el peor momento de la vida.
Hacia sus sueños. Esta es la historia de la sonrisa más bonita del mundo, de una nariz roja, de un tango en la playa, de una habitación convertida en hogar y de una casa perdida bajo la nieve. Esta es una historia de amor… O quizá no.

Siete citas para Valentina de Andrea Longarela
Valentina lleva un vestido blanco con mucho tul y zapatos azules. Pablo la espera en el altar y, mientras camina hacia él, los invitados suspiran, un cuarteto de cuerda toca My Girl y pequeñas motas de purpurina caen del cielo. Bonito, ¿no? Pero lamento decirte que solo se trata de una de sus fantasías, porque la triste realidad es que Pablo ya no la quiere y que será Adela la que muy pronto camine hacia él para jurarle amor eterno.
Por si esto no fuera poco, Valentina tendrá que asistir a la boda, y por si no te parece lo bastante humillante, ha prometido que lo hará acompañada de su nuevo y flamante novio. Aunque si pensabas que ninguna desdicha podía superar a estas, déjame que te confiese que todo es pura invención y que está sola, triste y muy lejos de enamorarse.

Tú y yo en el corazón de Brooklyn de Andrea Longarela
Me llamo Aurora y estoy a punto de entrar en una iglesia para detener una boda. ¿Qué no te lo crees? Pues siéntate, porque eso no es lo peor que he hecho en mi vida. Ojalá lo fuera. Ojalá no se tratara de una estupidez más que añadir a una lista. En realidad, si estoy a punto de provocar un nuevo desastre, la culpa es solo suya. De sus ojos azules. De su voz de encantador de serpientes. De su innegable talento.
De todo lo que esconde bajo esas prendas horteras y esa mirada airada. De la única persona del planeta que ha conseguido derretir a la Aurora más fría. Del maldito Evan Bradley. Pero, espera, creo que me estoy adelantando. Para entender esto debemos retroceder un poco, justo hasta el día en que cumplí veintiocho años. Imagínate una mesa con una tarta de arándanos en el centro. A un lado, mi vecino octogenario; al otro, su gato. Ningún invitado más. No sientas lástima por mí, porque cuando sople las velas, pediré un deseo. Y se va a cumplir…
Puedes leer la reseña completa aquí.
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